1- Todo, absolutamente todo, suena mejor en francés. Podemos decir “quiero besarte ” pero siempre sonará mejor “Je veux t´embrasser passionnément“. ¿O no?
2- El dominar una lengua permite sentir y aprehender de una forma mucho más profunda la manera de sentir y vivir de los nativos… Y en el caso del francés nos permitirá identificarnos y compartir de una manera mucho más vital la joie de vivre de los habitantes del hexágono, su enorme vitalidad y empuje, su apabullante legado cultural y su chispeante música popular, desde Jacques Brel y Edith Piaf a Mano Negra o Zaz.
3- Reconozcámoslo: Pocas cosas hay en el mundo tan románticas como susurrar en francés algo al oído de nuestra pareja, aunque sea la lista de la compra 😉 . Pero, para que surja todo el efecto deseado, nuestro acento y pronunciación deberán estar bien ejercitados.
4- Regalar unas clases de francés es además ofrecer una herramienta laboral imprescindible en el entorno globalizado que nos rodea a todos. Crecer profesional y personalmente necesita de unos buenos apoyos y la lengua francesa es uno fundamental, muy cerca del omnipresente inglés pero sin embargo más valioso para determinados nichos.
5- Si vives en Madrid hay otro motivo fundamental: Si te acercas a nuestro rincón francés de France Intense podrás comprobar la profesionalidad, eficacia calidez y charme de Claire y Nathalie, sus socias fundadoras, profesoras nativas con amplia experiencia docente y titulación oficial.
… Si quieres ofrecer algo grande a tu pareja para el 14 de febrero… regálale francés.
–
.